Hace algunas semanas se cumplieron diez años desde que Sandra y yo nos fuimos de Puerto Rico. Salimos con la meta de completar estudios graduados y, una vez culminados, regresar a la Isla a trabajar y contribuir en su desarrollo. Pero uno propone y Dios dispone, dice el refrán.
Ahora pertenecemos a la diáspora boricua. Ese grupo de puertorriqueños, cada vez más grande, que por diversas razones se aleja y no regresa a la patria. ¿Por qúe no regresamos? Las razones son complejas, pero la respuesta es sencilla: por nuestros hijos.
Como padre de dos hijos diagnosticados con desórdenes de autismo me aterra leer noticias sobre la educación especial en Puerto Rico. En los años previos a nuestra partida, la experiencia con el programa de educación especial no fue la más placentera. Conseguir servicios adecuados era una pesadilla, asumiendo que teníamos la suerte de encontrar esos servicios. Pensar que tendríamos que regresar a pelear (literalmente) por los derechos educativos de nuestros hijos me pareció inconcebible e inaceptable.
Dejar atrás la familia, los amigos y el suelo que nos vio nacer es sin duda una de las decisiones más difíciles que hemos tomado. Sin embargo, las noticias recientes sobre este tema nos confirman que, aunque difícil, tomamos la decisión correcta.
Serios señalamientos de la monitora del pleito de clase de educación especial
La monitora del pleito de clase de educación especial señala varias deficiencias
Por Aurora Rivera Arguinzoni / arivera@elnuevodia.com
En los últimos años el Departamento de Educación (DE) ha sido consistente en demostrar un pobre nivel de cumplimiento en sus servicios de educación especial, de acuerdo con el más reciente informe de la monitora nombrada por el Tribunal local como parte de un pleito de clase, que en noviembre cumplirá 31 años activo, y que ya incluye a más de 130,000 personas.
El informe, radicado el 29 de abril de 2011 y del cual El Nuevo Día obtuvo copia a través de los padres del pleito de clase Rosa Lydia Vélez y otros v. Educación, corresponde al año fiscal 2009-2010. En este se señala, además, que Educación es incapaz de generar información suficiente y fidedigna sobre la operación del programa…
El informe de abril, que cubre los años 2009-2010, refleja que de las 87 estipulaciones del 2002, 60 aún requieren corroboración y, de estas, 39 mostraban un nivel de cumplimiento bajo lo aceptable. Entre los señalamientos figuran: 15,752 expedientes sin monitorear; 8,750 programas educativos individualizados (PEI) sin revisar; 5,147 estudiantes elegibles que no reciben servicios; 7,988 sin ubicar, y 9,628 que necesitaban servicios de asistencia tecnológica, aunque su expediente no lo reflejaba.
Mi corazón está con los padres y madres puertorriqueñas que luchan para que sus hij@s reciban la educación y los servicios que merecen. Sólo espero poder aportar algún día mi granito de arena.