Hoy despertamos con la noticia más trascendental del 2011 (hasta ahora): Osama Bin Laden está muerto. Es muy poco lo que puedo decir en un momento así, excepto recordar dónde estaba el 11 de septiembre de 2001.
Hacía apenas unas semanas nos habíamos mudado a Michigan y recién comenzaba a trabajar en la oficina de admisiones de Michigan State University. Ese día iba de camino a una reunión con el Decano de Artes Liberales. Cuando llegué a su oficina me informaron que la reunión había sido cancelada. Todo se había cancelado.
De regreso a la oficina vi a todos mis compañeros de trabajo desconcertados; mirando los monitores de las computadoras con los ojos exageradamente abiertos; perplejos; llorando. Nadie podía creer lo que estaban viendo.
El mundo no es el mismo desde ese 11 de septiembre. Diez años más tarde, después de haber compartido el dolor de mis amigos, puedo entender por qué hoy sienten tanta satisfacción.
Prohibido olvidar. Aquí incluyo algunas imágenes para la historia: